Domingo de Ramos 2013 – Los apóstoles, el asno y la gente de Jerusalén…

Tres personajes: los apóstoles, el asno y la gente de Jerusalén. Jesús entra en la ciudad y ¿cómo lo vive cada uno de ellos? ¿Qué puedo reflexionar de cada uno que me ayude a vivir la llegada de Jesús a mi vida hoy?

a) Los apóstoles… felices de la vida. Hombres humildes y enamorados de su Señor. Fieles acompañantes del Maestro que ven, con agrado, el triunfo del Señor Jesús en el corazón de Israel. Testigos privilegiados de los milagros de Jesús, escuchadores de sus palabras, se sienten los amigos más cercanos del Cristo, su grupo predilecto. Viven la llegada a Jerusalén con gozo, pletóricos, ilusionados por un futuro exitoso en esta misión por la que han abandonado casa, familia y quehaceres. Esto marcha. En la cresta de la ola… La cruz les queda tan lejos… La cruz les queda tan grande… La cruz les parece tan irreal… En el fondo, no se han enterado de nada todavía… En lo profundo de su corazón, todavía no tienen asumido cuál es el camino que Jesús propone para llegar a estar con el Padre. A veces yo también soy uno de ellos: fiel en la euforia y reticente a la cruz. Compañía leal al Cristo en el momento del subidón… dubitatito y somnoliento cuando llega Getsemaní. Cobarde y temeroso en los momentos cruciales mas orgulloso y digno delante de aquellos a los que considero más alejados que yo del Maestro.

Domingo de ramos2b) El asno… el camino de la nueva evangelización. El asno es la manera en la que Jesús debe ser presentado al mundo. Un animal sencillo, sin alaracas. Un trono humilde para llevar a la Verdad más grande. Un «alguien» sin protagonismo, del pueblo y para el pueblo, que cede el centro a Jesús. El asno es aquel que se sabe necesario para que el plan de Dios se lleve a cabo y, a la vez, deja que sea el Señor el que se sirva de Él como considere oportuno. ¿Y yo? ¿Qué tengo yo de asno? ¿Cómo presento al Señor a otros? ¿Cómo le hago paso en mi entorno? ¿Le llevo sobre mis espaldas y dejo que sea Él quién actúe, quién guíe, quién sea aclamado por las personas que lo esperan? ¿O a veces llamo la atención y me hago el centro del desfile?

c) Y la gente… la muchedumbre, la multitud, las personas con nombre y apellidos que se agolparon para recibir a un visitante insigne, diferente, importante… al rabino de moda del que se decían maravillas. Personas diluidas en el «todos», historias personales difuminadas en la aglomeración… Personas que hoy gritan y mañana silban, que hoy aclaman a Jesús y mañana le condenan, que hoy darían su vida por Él y mañana no son capaces de ser coherentes… Ahí estamos todos. Un cúmulo de buenos deseos. Una fe inconsistente, a medida, acomodada, burguesa incluso… Una fe sin riesgos, desde la barrera… Una fe de escritorio, de libro, de cabeza… con excusas profesionales y grandes laberintos razonados que nos ayudan a relativizar al pobre, al enfermo, al preso… que nos ayudan a dulcificar la cruz, a minimizar los costes. ¿Qué te grito hoy Jesús? ¿Cómo te recibo? ¿Cómo afronto tu paso por mi vida? ¿Me dejo tocar el corazón o soy todo palabrería vana?

Comienza la Semana Santa. Vamos allá.

Un abrazo fraterno

Publicado por Santi Casanova

Nacido en A Coruña. Generación del 76. Ingeniero de formación y educador de profesión y vocación. Un privilegiado.

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